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¿A qué monja habremos violado?
por Sebastián Guzman



Esa ley de Murphy que tanto atormenta a quienes les gusta hacer uso de las excusas para explicar los fracasos parece ser fundamentada en la historia del equipo.

Como lo dice un reconocido periodista en la ciudad, este siempre ha sido el equipo amado pero jamás bien administrado. Desde la época en que Luis Fernando Osorio era el presidente de la institución no se ha logrado armar equipos competitivos de esos que con sólo escuchar la nómina nos motiva a ir a la cancha. Es por ello que aún recordamos a Darwin con amor y orgullo como si nunca se hubiera ido. Pues como hablamos del Deportivo Pereira el fin no pudo ser peor, el triste fallecimiento del presidente y la caída a pique de la institución que terminó por mandarnos a la B.

De ahí en más da hasta pereza recordar lo sucedido, un anti récord de mayor número de fechas sin ganar, nos mandaron a la B. Un “récord” de mayor número de puntos obtenidos en el todos contra todos en un torneo Colombiano, que en los cuadrangulares no se reflejó dejándonos en la B. Un Espantoso último lugar con fechas sin jugar por pérdida de reconocimiento deportivo, sí, último lugar en la B. ¡Ah! y no olvidemos cada figura que hemos tenido jugando el siguiente semestre con los vecinos de la “loma”

Ahora, cuando menos se esperaba, cuando parecía un papelón más, aparecen jugadores de la cantera y vienen algunos cuyos nombres no eran nada conocidos y nos sorprenden ganando, jugando bien, sacando como  goleador y gran figura un muchacho de la ciudad que recién se estrena como profesional, Leo Castro.(escuche aquíentrevista a Castro)

Pues bien, se contagió la ciudad, resurgió el hincha pereirano y estuvimos a 10 minutos de la final y de disputar el tan anhelado ascenso. Era más difícil no conseguirlo a que se diera, nos servían mil resultados, habíamos hecho lo más difícil, éramos los favoritos para todos. ¿Qué otra explicación puede haber? Pues que somos el Pereira señores, que si tenemos todo a favor una fuerza extraña de esas que no existen nos conduce al fracaso, y es por eso que conocidos ya los cuadrangulares y preocupados por tener sin duda el grupo más difícil, con los rumores de la salida de Santa, Leo, Juancho; sin directivos, etc, etc, etc; podemos creer aún más y afirmar que tenemos más posibilidades del ascenso, que se venga el grande que todos quieren subir, que se venga la bestia negra tulueña, que todo parezca oscuro y que razones no falten para esperar lo peor, para no creer y para pensar en el fracaso, ya que cuando así ha estado la situación es que mejores resultados hemos logrado, contrario a lo que terminamos preguntándonos cuando tenemos todo para ganar: ¿A qué monja habremos violado?

Sebastián Guzman

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